sábado, 17 de mayo de 2014

ESTEATOSIS (HÍGADO GRASO)... REMEDIOS NATURALES.


Hígado graso o esteatosis

El hígado es un órgano importante en el proceso de depuración, ya que filtra las toxinas que serían muy perjudiciales para el organismo.

Además regula el metabolismo de las grasas al segregar la bilis que sirve para disolverlas. 

El hígado tiene, también, la capacidad de autorregenerarse, pero, a pesar de ello, cuando trabaja de más puede desarrollar diversas enfermedades.

Una de ellas es la que recibe el nombre de hígado graso o esteatosis hepática la cual se ha convertido, en los últimos 10 años, una de las dolencias crónicas más frecuentes.

Este trastorno se genera al acumularse los ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas y su origen es desconocido, pero suele estar asociado a la obesidad, la diabetes o la hipercolesterolemia.

El hígado graso se considera una enfermedad silenciosa, ya que, en la mayoría de las personas que lo sufren no presentan síntomas evidentes. Sin embargo, otras personas pueden sentir una ligera sensación de presión o dolor en la zona superior derecha del abdomen, fatiga crónica o pesadez después de las comidas.

Para diagnosticarlo, se debe realizar un análisis de sangre cuyos resultados confirmen la existencia de un alto índice de transaminasas (unas enzimas presentes en el hígado) y también un aumento de los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos. Una biopsia hepática y una ecografía de contraste podrían constituir las pruebas definitivas de su presencia.


Remedios populares

1: Consumir lecitina de soja ya que ayuda a expulsar la bilis a través del hígado al hacerla más fluida y eficaz.

2: Lavar, pelar y picar dos rábanos negros y colocar en una licuadora. Añadir un vaso de agua. Licuar por unos instantes y luego colar. Tomar este jugo en días alternos (un día sí y otro no).

3: Verter dos cucharadas de cardo mariano en una taza de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Tomar una taza de esta infusión a diario.

4: Consumir, cada dos días, las hojas tiernas de cardo mariano y sin espinas en una ensalada.

5: Tomar una cucharada de mixtura de ruibarbo y soda la cual se adquiere en las farmacias botánicas.

6: Mezclar una cucharadita de diente de león y centaurea en una taza de agua. Hervir por 3 minutos, retirar del fuego y tapar. Tomar, bien caliente, una taza después de las comidas principales.

7: Consumir alcachofas en las ensaladas, por lo menos, tres veces por semana.

8: Mezclar 10 gramos de genciana, 10 gramos de menta, 10 de boldo, 10 de angélica,10 gramos de cardo mariano y luego dejar en reposo durante toda la noche en un litro de agua que esté hirviendo. Tomar al día siguiente, en ayunas, una cucharada del líquido obtenido diluida en medio vaso de agua. Guardar en la refrigeradora y tomar este remedio todos los dias hasta que se consuma en su totalidad.

9: Lavar y picar 1 kg de raíz de achicoria tierna. Luego, pasar por la licuadora, colocar el zumo en una cacerola y adicionar 500 g. de azúcar granulado. Hervir hasta que el zumo adquiera la consistencia parecida al jarabe. Conservar en una botella de cierre hermético. Tomar una cucharadita tres veces diarias hasta que se mejore.

10: Hervir 1 cucharada de ortiga y otra de llantén en 1 taza de agua por 5 minutos. Retirar del fuego, dejar refrescar y colar. Tomar 1 taza después de cada comida.
11: Preparar una mezcla a partes iguales de menta poleo, manzanilla, cardo mariano, caléndula y boldo y extraer 1 cucharada la cual se verterá en una taza que esté hirviendo. Tomar 1 taza antes de cada comida siendo la primera por la mañana, en ayunas.

12: Tomar a diario un vaso de linaza con anís.


Recomendaciones

Toda persona que sospecha que tiene hígado graso debe acudir a un especialista para que le confirme, mediante pruebas, si efectivamente lo padece. Si se determina que el hígado graso es consecuencia de una dieta incorrecta, es importante cambiar los hábitos alimenticios. En este caso, se recomienda:

Evitar el consumo de azúcar (principalmente provenientes de pasteles, galletas, etc., fabricados industrialmente).

Evitar la ingesta de bebidas alcohólicas.

Reducir el consumo de productos lácteos enteros y preferir, en su lugar, el yogur desnatado y el kéfir.

Evitar el abuso de las grasas de origen animal. Sin embargo, éstas son una rica fuente de proteínas. Una forma de sustituirlas es mediante el consumo de proteínas de origen vegetal (soja, quinoa, entre otros).

No abusar de los hidratos de carbono de absorción rápida (pan y arroces no integrales).

Consumir pescado azul, por lo menos, tres veces a la semana.

Consumir más fibra en la dieta, ya que facilita la eliminación del exceso de grasa y azúcares (cereales integrales).

Usar técnicas de cocción que permitan eliminar el exceso de grasa como cocinar al horno, al vapor, hervidas o a la plancha. Se debe evitar los fritos y los guisos elaborados con ingredientes ricos en grasa saturada como, por ejemplo, el chorizo o la morcilla.

Realizar ejercicio regularmente como caminar durante 30 minutos al día.
 — con Beatriz Escamilla Cuellar,Patricia AndereggenMaika Valseiro Marqués,Fernando Calvo Sanchez y Mechi Martinez.

At. María teresa Fesolowycz

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